It's all a joke
No puedo decir que leí el comic de Watchmen. Les soy sincera, estaba en cualquiera en el momento en el que una personita me lo prestó, y no pude leerlo. Pero al menos la película muestra una faceta bastante interesante de la sociedad.
Rorschach's Journal
OCTOBER 12, 1985:
"(...) They had a choice, all of them. They could have followed in the footsteps of good men like my father, or president Truman. Decent men who believed in a day's work for a day's pay. Instead they followed the droppings of lechers and communists and didn't realize that the trail led over a precipe until it was too late. Don't tell me they didn't have a choice. Now the whole world stands on the brink, staring down into bloody Hell, all those liberals and intellectuals and smooth talkers...and all of a sudden nobody can think of anything to say."
Desafortunadamente para muchos, la vida está llena de bifurcaciones. De caminos para escoger. A cada segundo tenés una infinidad de caminos para tomar, que están ahí, esperando a que vos los tomes. La mayoría de la gente elige el camino que se supone que debe seguir.
Despertarse. Mirar el reloj y rezongar. Levantarse, desayunar rápido, salir para trabajar. Tomar el subte, el colectivo, ir en auto. Quejarse del tránsito y de lo tarde que están llegando. Trabajar, trabajar, trabajar, y cada cierto tiempo mirar el reloj anhelando que termine. Almorzar, o no, y luego arrepentirse de no haberlo hecho. Seguir trabajando, quejarse, tener una charla rápida con alguien. Volver, quejarse del tránsito, anhelar estar en casa ya. Llegar, relajarse, comer rápido, irse a dormir, no pensar.
No pensar. ¿Acaso no tenemos otra opción? ¿Es que recorrimos el camino tantas veces que vamos como por inercia por ese surco marcado por nuestros iguales?
Diría que hay que hacer de cada día algo extraordinario. Pero ya pasé por esa faceta de mi vida. En vez de estar publicando pelotudeces y tratando de convencer a la gente a través de palabras vacías en un blog que no lee nadie, lo que tengo que hacer es vivir de esa manera. Que es lo que trato de hacer. A veces me sale, a veces no me sale. A veces vivo como si fuese el último día de mi vida, me río muy fuerte, sonrío por la calle y disfruto de cada cosa de cada día. A veces tengo ganas de estrellarle la cabeza contra el piso a cada transeúnte con el que me cruzo, tanto él/ella como yo, con cara de culo y ganas de mandar al carajo a alguien. Se hace lo que se puede, ¿vio?
El punto no es exactamente ese, sino que en realidad todo es una gran broma. Como el título de mi posteo... es todo una broma. La vida es una broma. Esa mentira que llamamos vida, eso es una broma.
La gente de la que nos rodeamos es una broma. Se hacen pasar por amigos. Salís un par de veces con ellos. Hablan tanto, pero a la vez dicen tan poco, que te sentís engañado por sus palabras y te hacen pensar que realmente podés contarles algo. Les contás un par de cosas sobre tu vida. Diciendo pocas cosas, confiándote apenas un par de detalles, hacen que les digas tu vida completa, tus sueños, tus dolores, tus ansiedades, tus miedos. Terminás desnudándote metafóricamente frente a alguien. Confiás en esa persona y creés que, justamente, ya que tanto confiaste en él/ella, no va a defraudarte. No va a abandonarte. No va a dejar de hablarte, no va a dejarte.
Pero lo hacen. Porque la vida, ese cuento en el que vivimos, es una hermosa mentira. Vivimos encerrados en cajitas de cristal, creando nuestros propios problemas. Pero no sabemos lo que son los problemas hasta que alguien viene, destruye nuestra cajita de cristal, incendia lo que quedaba de nosotros y se ríe. Se ríe porque nosotros permitimos que eso pase.
Pero, una vez que entendemos eso... que la vida es una mentira, que la humanidad en sí es un gran chiste que sólo espera que te des cuenta de eso para tirar su comentario final cómico (queda mejor en inglés: that life's a lie, that humanity is itself a big joke that's waiting for you to realise it just to throw its punchline)... es todo más simple. Porque sabemos qué esperar, y qué no esperar. En qué creer, y en qué no creer. Con qué reír y con qué no reír.
It's all a joke.
Despertarse. Mirar el reloj y rezongar. Levantarse, desayunar rápido, salir para trabajar. Tomar el subte, el colectivo, ir en auto. Quejarse del tránsito y de lo tarde que están llegando. Trabajar, trabajar, trabajar, y cada cierto tiempo mirar el reloj anhelando que termine. Almorzar, o no, y luego arrepentirse de no haberlo hecho. Seguir trabajando, quejarse, tener una charla rápida con alguien. Volver, quejarse del tránsito, anhelar estar en casa ya. Llegar, relajarse, comer rápido, irse a dormir, no pensar.
No pensar. ¿Acaso no tenemos otra opción? ¿Es que recorrimos el camino tantas veces que vamos como por inercia por ese surco marcado por nuestros iguales?
Diría que hay que hacer de cada día algo extraordinario. Pero ya pasé por esa faceta de mi vida. En vez de estar publicando pelotudeces y tratando de convencer a la gente a través de palabras vacías en un blog que no lee nadie, lo que tengo que hacer es vivir de esa manera. Que es lo que trato de hacer. A veces me sale, a veces no me sale. A veces vivo como si fuese el último día de mi vida, me río muy fuerte, sonrío por la calle y disfruto de cada cosa de cada día. A veces tengo ganas de estrellarle la cabeza contra el piso a cada transeúnte con el que me cruzo, tanto él/ella como yo, con cara de culo y ganas de mandar al carajo a alguien. Se hace lo que se puede, ¿vio?
El punto no es exactamente ese, sino que en realidad todo es una gran broma. Como el título de mi posteo... es todo una broma. La vida es una broma. Esa mentira que llamamos vida, eso es una broma.
La gente de la que nos rodeamos es una broma. Se hacen pasar por amigos. Salís un par de veces con ellos. Hablan tanto, pero a la vez dicen tan poco, que te sentís engañado por sus palabras y te hacen pensar que realmente podés contarles algo. Les contás un par de cosas sobre tu vida. Diciendo pocas cosas, confiándote apenas un par de detalles, hacen que les digas tu vida completa, tus sueños, tus dolores, tus ansiedades, tus miedos. Terminás desnudándote metafóricamente frente a alguien. Confiás en esa persona y creés que, justamente, ya que tanto confiaste en él/ella, no va a defraudarte. No va a abandonarte. No va a dejar de hablarte, no va a dejarte.
Pero lo hacen. Porque la vida, ese cuento en el que vivimos, es una hermosa mentira. Vivimos encerrados en cajitas de cristal, creando nuestros propios problemas. Pero no sabemos lo que son los problemas hasta que alguien viene, destruye nuestra cajita de cristal, incendia lo que quedaba de nosotros y se ríe. Se ríe porque nosotros permitimos que eso pase.
Pero, una vez que entendemos eso... que la vida es una mentira, que la humanidad en sí es un gran chiste que sólo espera que te des cuenta de eso para tirar su comentario final cómico (queda mejor en inglés: that life's a lie, that humanity is itself a big joke that's waiting for you to realise it just to throw its punchline)... es todo más simple. Porque sabemos qué esperar, y qué no esperar. En qué creer, y en qué no creer. Con qué reír y con qué no reír.
It's all a joke.
"Once you realize what a joke everything is, being the Comedian is the only thing that makes sense."
Edward Blake
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