Hapiness is a warm gun

Hacía un largo tiempo que no escribía, extrañaba eso del blog. Pero bueno, todo el mundo anda viciado con esto, pero soy la excepción por dos cosas, primero no soy como todo el mundo, y segundo yo tenía de estas cosas desde antes.
Volví. Volví a una nueva bitácora (SÍ, me gusta más decirle bitácora, tienen algún problema con eso?), aunque no les recomiendo que vuelvan a la vieja porque era una nenita nomas (no es que ahora lo haya dejado de ser).
Muchas cosas pasaron, cambie mucho. Gente que no me ve desde hace banda me podrá decir "uh ahora te agarró la etapa de la adolescente rebelde". No sé... tal vez.
Poco escribí a la humanidad desde que entré al PIO. Aprovecho estos segundos de vacaciones para relatar lo ocurrido...
Sabrán, desde ya, que el PIO es una de las mejores cosas que me pasó en la vida. Fue la decisión mejor tomada de mi vida hasta ahora (y creo que lo seguirá siendo por algunos años). Conocí mucha gente, juro que quiero a todos y a cada uno a su manera, y no hay ninguno que me arrepienta de haberlo conocido, así como ninguno es mala persona y no los odio en realidad, aunque diga lo contrario... Conocí a una infinita cantidad de gente nada más que en primer año, Stefi, Sofi, Ayelén, Lucas, Marfi, Rana, y tantos otros de técnica, como Javo, Rubio, Mariano, Frodo (la lista es interminable). Conocí a Clara, a Shusty, a Juli, a chicas de comunicación (...?) y muchas más. Gente que quise, gente que aún quiero, gente que en un aspeto u otro fue importante para mí. Debería decirles gracias a todos. Gracias a mis actuales amigos que no me dejaron en banda nunca, gracias a la gente que estuvo en esos momentos jodidos y gracias a la gente que ya no está pero cuando lo estuvo ayudó una banda. Gracias a todos, a los forros y a los capos, a los inocentes y a los culpables, a los tontos y a los genios. Gracias.
En segundo año, entendí lo que es ser aceptada. Conocí gente con la que finalmente no tenía que fingir para ser aceptada, un gran grupo de gente que me aceptó porque al fin coincidía con alguien en algo, al fin encontraba gente "como yo", digamos. Conocí a Juan, Guido Durante, Pablo y Horacio. A Iri, a Luli. Conocí a Tomás Alles. Conocí a Germán, a Guido Abraham, a Coco, a Sebas, a Emi, a Ringo y a Chris. Conocí a Fede Renda, a Leo, a mucha gente más. Que me cayó increíble y finalmente, me sentí bien entre un grupo de gente. Así, en segundo año entendí lo que es cambiar, lo que es cometer errores, lo que es arrepentirse profundamente. Aprendí lo que es mirar atrás y decir "Cómo la cagué...". Aprendí que la vida se basa en errores, en peleas, en odios momentáneos, en enojos pasajeros, en tropezones, en caidas y golpes MUY duros. Pero comprendí que todo eso sirve para volver a empezar, para volver a andar y esta vez, no tropezar, no cometer los mismos errores, no enojarse, en no hacer las mismas estupideces. En... retomar y cambiar el final (cómo la tengo con esa frase...).
Empezó tercero, y lo empecé con la expectativa de que fuera el mejor año de mi secundaria hasta ese momento... Y no es que no lo esté siendo. Sino que aprendiendo muchas cosas voy a poder ir sacando mis conclusiones. Conocí gente este año. Tincho, Nápoli, Roide, Leonardo, Sol, Anto, Matías, y varios más de los que me debo estar olvidando. Este año, aprendí que la vida es jodida. Que el tiempo avanza, que crecemos, que tenemos que tomar decisiones importantes en nuestras vidas, que las responsabilidades se acrecentan cuando nuestra edad aumenta. Que la vida es jodida, claro que si. Pero que vale la pena vivirla, SI SEÑOR, claro que si. Porque vivir es una experiencia maravillosa, vivir es una aventura. Tiene obstáculos, tiene trampas, tiene altos y bajos. La vida es jodidamente increíble, y vale la pena que la vivamos, aún cuando se pone complicada.
En fin, retomé la bitácora, alguna vez que encuentre tiempo escribiré. Ojala eso pueda pasar.

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