The show must go on

Esto no es para nadie en particular, ¿¡cómo va a ser para alguien en específico!?
Todo es cuestión de actitud. Siempre, todo el tiempo todo depende de cómo encaremos las cosas. Podemos estar derrumbándonos y encarar las cosas con una sonrisa, porque nos acordamos de aquellas pequeñas cosas que nos hacen felices y tratamos de verlas en el día a día. El mundo se nos puede estar cayendo, todo lo que pensamos que era bueno puede ser falso, pero mientras veamos la nube en forma de conejo, esa vieja teñida de colorado que siempre la vemos pasar, esa canción re pop que siempre escucha el vecino a las 3 de la tarde... A veces hay que aprender a conformarse con las pequeñas cosas hermosas de la vida. Tal vez sean excesivamente pequeñas, entonces será admirable nuestra labor de encontrar aquellas cosas hermosas. ¡Incluso las cosas cotidianas, en las cuales siempre nos fijamos y parecen horribles, pueden llegar a resultar divertidas y pueden alegrarnos...!
Todo es cuestión de cómo lo miremos. Es como una pintura abstracta... puede tomar las formas que quieras, puede ser lo que te imagines, si tan solo ladeás la cabeza o te acostás en el piso a observarla. La cantidad de interpretaciones de la realidad depende de la imaginación, de los cambios de actitud y de la voluntad que le pongamos a inventar cosas nuevas con aquellos fenómenos tontos de la realidad.
Encaremos cada mañana con una sonrisa, encaremos cada tarde nublada también con una sonrisa, total... sonreír hace bien al corazón, y no perdemos nada sonriendo y tratando de reír lo más que podamos. Las sonrisas son la diferencia entre el pan de cada día y las medialunas de desayuno; entre el aire que respiramos y el aroma de rosas a nuestro alrededor; entre un golpeteo incesante y copioso y un ritmo divertido y empalagoso.

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