Hijos de los hombres

Pero los que sobrevivieron se dejaron llevar por un pesimismo prácticamente universal, lo que los franceses llamaron ennui universel. Cayó sobre nosotros como una enfermedad insidiosa. (...)
Todavía hay ocasiones en las que necesito luchar, pero ahora tengo menos miedo. Las armas con las que combato son también mi consuelo: los líbros, la música, la comida, el vino, la naturaleza.

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